Desorientado, solo, perdido. Mi vista se nubla y resulta complicado respirar, me aturde y asusta cada ruido, cada sombra en la oscuridad. ¿Sere olvidado por todos? ¿Alguien me buscará? ¡Reclamadme! pues sigo con vida y con ansias de regresar. Sólo tú me das alas y en sueños imagino una placentera y confortable vida a tu lado, ansío tenerte de nuevo... Ver tu rostro me mantiene con vida, me mantiene, me sostiene, me permite seguir respirando.

Lau-tp



Cuando todo parece perdido y el abismo de la televisión basura copa todas las cadenas y franjas horarias, un astro de luz ilumina una de esas noches inútiles. Sintonizas y no te lo terminas de creer, pero sí es ella. Tom nuestro querido Tom, nos despierta y nos hace disfrutar de nuevo de la grandeza del cine. Hace tiempo que no ves una buena película, la desilusión se apodera de ti y piensas que está todo perdido...tu fe se desvanece. Fracaso tras fracaso, sueñas con que llegue un día en el que el cine vuelva a hacerte vibrar, llores y disfrutes como un enano/a. Tu blog te reclama y tus seguidores también, pero algo te impide seguir...no encuentras motivación ni ganas de escribir....
¡Pero el día llega! y qué noche más maravillosa, cuando por sorpresa y así sin más te viene. Sientes de nuevo la necesidad de transmitir lo que has sentido al verla, lo que todavía hoy sientes al recordarla. Las palomitas vuelven al cine, el cine vuelve a brillar...y yo vuelvo a sonreír.
Y ahora os preguntareis de qué estoy hablando, ¿qué misteriosa película me ha devuelto a la vida? Una en la que por accidente Chuck Noland (Tom Hanks) se ve atrapado y perdido en una isla desierta. Náufrago (Robert Zemeckis, 2000) nos muestra de forma magistral cómo un hombre se ve obligado a sobrevivir bajo las más duras condiciones, solo, sin agua, sin comida, sin esperanzas y asumiendo que su vida ha terminado y empieza la supervivencia.
No sé por donde empezar, todo en ella merece ser reconocido, todo en ella brilla. Lo más simple hace que el espectador sienta y padezca, ¿qué harías para conseguir agua? ¿y fuego? ¿qué harías para conseguir alimentos? En la comodidad del hogar todo resulta fácil, nada se teme. Si tienes hambre sólo tienes que abrir la nevera y servirte, si tienes sed un simple movimiento de mano abre el grifo, si tienes frío el calor de una chimenea te devuelve a la vida. Todo es simple y poderoso a la vez, porque sin ello no somos nada, porque sin ello la locura nos invade. Náufrago consigue transmitir a la perfección cada uno de estos actos cotidianos, consigue que el espectador se ponga en la piel del protagonista y juntos exploren cada uno de los rincones que les llevará a seguir respirando.

Si me tengo que quedar con algo escojo los escasos diálogos, es de reconocer como en tan poco guión se puede transmitir tanto y tan bien. Bueno y por supuesto no me puedo olvidar de Wilson, compañero de aventuras de Hank. Porque nunca se sabe cuando una pelota puede serte de gran ayuda...
Vale y una última cosa, me quedo con la historia de superación, con el amor siempre de compañero de viaje. Cuando no tienes nada, cuando la soledad te invade, cuando todo parece perdido...sólo él puede devolverte la esperanza y las ganas de luchar, ver su imagen cada día sentirla allí contigo hace que creas y puedas luchar por salir...por volver a su lado. Así que sigue respirando, porque nunca sabes lo que te traerá la marea.