Hielo y fuego, calor y frío…enemigos irreconciliables. ¿Por qué elegir cuando puedes tener calidez y frialdad en lo más profundo de tu corazón? El hielo perfecto y pulido en mármol te eriza el vello con sólo rozarlo. Cada membrana de tu cuerpo se activa y vuela de la mano del más frío de los inmortales. Sólido, firme y siempre cristalino, protege y da cobijo a su débil humana…la cual ansía tocar su cuerpo marmóreo y dejarse envolver por un abrazo infinito. El simple roce de sus dedos hace derretir al hielo, convertido en materia indefensa y vulnerable ante los compases de la más bella de las damas.
El fuego abrasador hace saltar chispas de energía. Tan necesario como peligroso te aferras a él para encontrar la calidez dulce y confortable. Siempre dispuesto a iluminar los más oscuros de los sueños, el fuego cautivador embelesa a su presa y logra envolverla entre sus llamas. Tierno e insensato se mueve sin rumbo fijo, y anda derritiendo a la más bella de las damas.




La tercera parte de la saga vampírica ya está en los cines de todo el mundo. Eclipse llega pisando fuerte y desbancando en taquilla a su predecesora, Luna nueva. En dos horas y poco el espectador vibrará con cada batalla, se sorprenderá más si cabe con el ardiente Jacob, enloquecerá con las palabras del señorito Cullen y dará el sí quiero sin dudarlo. El encargado de dar vida a esta adaptación literaria ha sido David Slade, director que ha sabido reflejar casi a la perfección las líneas escritas por Meyer. Con un tono oscuro, donde se respira tensión y peligro, Eclipse consigue ser una muy buena adaptación, pero si se quiere captar toda la esencia, si realmente se ama la historia, es casi obligatorio envolverse en los libros; a través de los cuales el lector profundizará en la historia y verá la película de Slade con otros ojos, más abiertos y dispuestos a disfrutar.


En esta nueva entrega la indefensa y débil humana se encuentra ante la tesitura de elegir entre hielo o fuego, entre Edward o Jacob. Pero nunca hubo tal elección, siempre fue él. Le roba el corazón con cada palabra, le congela la sangre con tan sólo un roce de sus manos, vibra con cada beso y se olvida de respirar con tan sólo mirarlo. Siempre ha sido él, no hay elección posible.
A un paso del desenlace Eclipse es tránsito de lo que está por venir, un final enloquecedor…del que no quiero hablar ni debo. Lo hasta ahora visto es reflejo de la turbación humana, Bella una joven débil, vulnerable y perdida en un mundo que siente no le pertenece. Intrusa de una vida vacía y sin sentido, se encuentra por obra del destino, la suerte o como queramos llamarlo, con su alma gemela, aquel que la hará sentirse viva. Con Edward encuentra su verdadero camino, descubre que siempre estuvieron destinados a amarse. Juntos forman una sola persona, se mueven y actúan unidos por un lazo irrompible. Esa es la verdadera historia de la saga, más allá de vampiros y hombres lobo, buscar el sentido de tu vida, por qué estás aquí y que decisiones debes tomar (erróneas o no) para alcanzar la felicidad.
Si me tengo que quedar con algo escojo la escena de la tienda de campaña, realmente interesante escuchar y ver a vampiro y lobo dar rienda suelta a sus sentimientos. Bueno pero como no podía ser menos, destacar la noche romántica de nuestros amados protagonistas, a pie de cama y con una rodilla en el suelo, el señorito Cullen despliega todas sus armas y deja al género femenino y parte del masculino, con la boca abierta y enloquecedoramente dispuestas a dar el sí quiero. ¿Alguien podría negarse ante tal proposición?
Más escenas destacables, las batallas, sencillamente perfectas. Cada movimiento, cada secuencia de acción hacen que el espectador vibre y mueva sus ojos al compas de saltos, mordiscos y colmillos afilados. Los lobos cobran un papel muy importante en dichas batallas y dan vistosidad a la lucha. Jacob es uno de ellos, tierno personaje, que no duda en plantarle un beso a su amada Bella…odiosa escena, aunque reconozco que el beso es una maravilla. Lástima que el pobre de Jake no disfrute más de ellos, dejándole la gloria al único y romántico Edward.
El clan Cullen vuelve a reaparecer en esta tercera entrega, ya que en Luna Nueva no pudimos disfrutar de ellos todo lo que se merecen. A modo de flashbacks se nos presentan las historias humanas de Rosaline y Jasper, hasta ahora secundarios de la trama, tiene su momento de gloria. Pero por encima de todo está el personaje estrella de la saga, Charlie Swan o Jefe Swan, como queramos llamarlo. Padre de la criatura y sufridor silencioso de las idas y venidas de Bella. Es imposible no sentir pena, cariño y ternura por este personaje, reflejo de la bondad paterna y dispuesto a hacer todo lo posible para lograr el bienestar de su hija. ¡Grande Jefe Swan!

Espero y deseo que se sepa apreciar esta saga como algo más que una película para jóvenes cargadas de hormonas. Rascar y ver más allá hará sentir y descubrir la belleza de su trama. Ansiosa por ver más, no puedo esperar para llegar al final y deleitarme con cada palabra del señorito Cullen aquel que no puede vivir en un mundo en el que tú no existas.